lunes, 19 de octubre de 2015

La suerte de matar

Durante la Semana Grande de Bilbao 2015, asistí a un Curso de Tauromaquia, dirigido por el Director de una revista taurina muy conocida. No voy a hablar del Curso. Voy a referirme a un diálogo promovido por el Profesor y algunas personas asistentes al Curso. Saliéndose del motivo que nos reunía allí, el Director sacó a colación la estocada de El Juli, en la corrida celebrada el día anterior en Bilbao (Garcigrande, el 27 de Agosto) y que motivó que Matías, el ínclito (y amortizado) Presidente de la Plaza de Vistalegre, se negara, con razón, a darle dos orejas  a Juli. 
Tanto el Director, como una asistente aquel día al curso (creo que Catedrática de una Universidad de París), llegaron a la conclusión de que esa forma de entrar a matar de Julián (llamada por la canalla "julipié") significa que le ha "cogido el tranquillo" a la muerte de los Toros. Yo me acordé del "Tranquillo" de Rafael Ortega, de Jaime Ostos, de Paco Camino, de El Viti...
Pensé buscar fotos de todos ellos, pero me acordé de que yo también le "tengo cogido el tranquillo" a mi lavaplatos y he decidido recordarlo con esta viñeta de Forges.

3 comentarios:

Rafa dijo...

Cursillos como ese hacen pensar que nuestra batalla es una causa perdida.No hay remedio...
Saludos cordiales.

fabad dijo...

El "cursillo" iba bien (sin grandes pretensiones, se anunciaba como básico)hasta que se salió del guión innecesariamente (el efecto Juli).
Sabemos que todo no cabe en un curso pero me sorprendió que no se dedicara ni un minuto a la suerte de varas.
Eso si que demuestra, amigo Rafa, que nuestra batalla es causa perdida.
Yo obligaría a todos los que viven del toreo a una feria de Vic Fezensac o de Céret. (A los aficionados se lo aconsejo y no les obligaría porque PAGAN).
Un abrazo.

Enrique Martín dijo...

Fabad:
Como decía el filósofo, tranquillo, que viene de tranca, la que se echa para atrancar la puerta; la retranca, para desatrancar las situaciones tensas a base de buen humor, pero que nada tiene que ver con el toreo, eso que dicen que es arte y entre los del tranquillo y sus palmeros se ocupan de ir eliminando todo lo que puede convertirlo en tal y se afanan por justificar lo que no tiene un pase. En fin, así estamos, atrancados y muchas tardes, las más, atracados, pero ese es otro tema a tratar.
Un abrazo