La esperanza es lo último que se pierde. Y eso le ocurrió al editorialista de El Ruedo que escribió esta, quejándose de lo anodina que fue la temporada de 1971, con la retirada además de Antonio Ordóñez. Muestra su fe en la de 1972. Para ello se remonta a los puntos de cambio ocurridos en la historia del toreo después de 1771, en que el toreo a pie le ganó la partida al toreo a caballo y el modo andaluz al navarro. 1871 con la muerte de Cúchares y el declive de otras figuras, tampoco fue brillante, pero dio paso a la rivalidad duradera de Lagartijo y Frascuelo (que empezó con mal presagio al torear en Madrid una corrida de Miura con muy mal resultado para ambos).
La fe del escritor no fue alentada por la verdad. En 1972 llegaron al escalafón superior El Niño de la Capea, Julio Robles, Roberto Dominguez y un montón mas pero no hubo ningún cambio brusco a bien...
Por cierto, hace 140 años que empezaron a tener gloria Frascuelo y Lagartijo. Dentro de 140 años ¿de que toreros se acordarán los aficionados?. ¿Habrá aficionados para entonces?.
Para leer hay que pinchar.