Se decía antes que "para ser torero hay quepasar hambre". Pues Dios les conserve el oido...
Este artículo aparecía en 1957.
... Y ahora a Céret.
Sin pretensiones, salvo compartir con quienes coincidan en mis gustos taurinos, los muchos buenos ratos que me paso leyendo cosas de Toros. (fabad)
3 comentarios:
Los personajazos que aporta la escuela mexicana de torear, no tienen precio: nunca el toreo fue tan literario como en aquellas tierras.
Fuentes y Montes, ¿Antonios?, pues vaya dos, estimado amigo.
La condesa de Estraza
Los dos Antonios si... Uno de ellos Fuentes, le dió la alternativa en Méjico y se la confirmó en Madrid.
Nada menos, un general del Ejército Mexicano. Ya algún día te contaré como fue que se hizo millonario y todo un "gentleman".
La plaza de toros de Pachuca, su tierra, lleva su nombre.
Publicar un comentario