Hace unos días llegó a mi poder el número 29 de la Revista de Estudios Taurinos, editada por la Fundación de Estudios Taurinos con el patrocinio de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, y en él aparece la exégesis que Cabrera Bonet hace de los textos de Bergamin referidos al toro de lidia, cuya lectura recomiendo fervorosamente: no tiene desperdicio.
Me permito reproducir un párrafo de Bergamin, que abundando en su distinción entre toro que embiste y toro que pasa, describe el estúpido y entontecedor espectáculo que hoy padecemos
“Los bueyes (de tiro) no suelen embestir, pero sí seguir mansamente al que les adiestra para que le sigan. ¿Sucederá esto con el toro que actualmente vemos en los ruedos, que sigue el engaño de la capa o de la muleta pasando y haciendo que le den pases y pases de este modo? Toro al que llamaron de carril y al que mejor podría llamarse de carreta, porque son mansísimos seguidores o pasantes del torero que les conduce inacabablemente de ese modo, haciéndole dar vueltas y vueltas hasta marearlo y aburrirlo; como al espectador que lo contempla; hasta entontecer a los tres, al torete manso, al torero y al espectador o público, con tan inacabable como cansado antiartístico ejercicio estúpido. Y lo mismo da que el toro que no embiste sea grande o chico, gordo o flaco, con más o menos tamaño o peso, como con edad de novillo o toro; con tal de que pase y no embista.”
Bergamin dixit.
Pagano
3 comentarios:
mandarselo al g10, o a sus apoderados.
es a la gente que mas falta le hace recordar esto, quiza se les haya olvidado.
sobra hacer mas comentarios.
Y ya que haces envíos, a alguno de esos criadores, panegiristas del "toro (h)artista. Saludos.
Magnífica entrada, Pagano. Hacen falta muchas de estas.
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