La publicidad taurina nunca ha sido un ejemplo de imaginación. Estaría bien que se contratara a especialistas en marketing para mejorar los mensajes... Aunque en realidad diez muletazos bien dados, con verdad, tras una buena suerte de varas y haber manejado el capote como Curro Puya, harían innecesaria las campañas simplonas en las revistas especializadas...
La publicidad que sigue es de 1944. De la Revista El Ruedo, en su número cero. Se ve que nació con vocación de sacarle dinero a los toreros...
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