Don Dificultades daba en El Ruedo la crónica de esta corrida de la temporada mexicana de 1956, que no tiene casi nada especial. Lo que me ha llamado la atención es el berrendo apretando en el caballo y el pie de foto que dice que está dando un tumbo. El tumbo es el que da el picador...
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5 comentarios:
Fabad:
Y ¿qué me dices de la carita de "El Callao", aguantando mecha.
Un saludo
La cara es un poema. no sale bien parado "El Callao".
Saludos.
Cierto el tumbo es para el Picador pero la impresión que saco es que lo envia al callejón y seguro que el caballo acabo tumbado contra las tablas.
El callao se quedo que no podia ni abri la boca.
En efecto, Fernando de los Reyes, tlaxcalteca, torero de esos que "tienen el misterio, pero pocas veces lo decían", no era precisamente un Séneca en los ruedos. Pero cuando hablaba, hablaba...
Tanto así, que es el torero que de novillero ha actuado más veces en la Plaza México, se presentó así la friolera de ¡39 tardes!, así de "paciencia" le tuvo la afición y el Dr. Gaona, que le "esperaron" siempre. La realidad es que nunca "rompió", pero cuando se habla de toreros de "arte", siempre sale a la discusión el nombre de ese diestro de mirada triste, Fernando "El Callao".
Y los toros. Eran los tiempos en los que don Fernando de la Mora Madaleno tenía muy fresca la sangre de Coquilla en su hato, con unos goterones de lo primitivo de Xajay, que llevaba sin duda, lo de San Mateo, pero también lo muy seleccionado de Parladé - Campos Varela y unos goterones (muy lejanos en el tiempo), de lo veragüeño de San Nicolás Peralta (el pelo berrendo aparejado que era frecuente en esa vacada lo acusa) y de allí lo bravo de eso de Tequisquiapan.
Decía don Fernando de la Mora (el viejo, no el actual): "Para dar una vuelta al ruedo, hay que dar mil a los potreros..."
Saludos a todos.
Lo que se aprende de vosotros...
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