Esta información publicada en 1946, la he leído en varias ocasiones. Ignoro lo que pueda tener de verdad y de fabulación (sea de Hemingway o no). La primera vez que lei la historia me impresionó. El olfato de Blanquet no era la primera vez que olía a muerte... Por otra parte lo de la gitana y Juan Luís de la Rosa.
En fin, si alguien no lo conoce y quiere leerlo, que pinche para agrandarlo.
Damas
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*Ignacio Ruiz Quintano*
*Abc Cultural*
Pongámonos en la Francia de 1910. La historia la cuenta *Ruano*, al hilo de
una necrológica inmortal sobre un ...
Hace 2 horas
2 comentarios:
Fabad:
Cuando te hice un comentario el otro día en la entrada de El Espartero, precisamente recordé esto del olor de la muerte, de los esfuerzos de Blanquet por no querer relacionarlo y como la realidad siempre coincidía con la premonición. También es verdad que las muertes de los toreros están rodeadas de mucha leyenda, pero quién nos dice que esto puede ser así...
Un saludo
Enrique:
Con el tiempo, entran en liza todos los tópicos que rodean la Tauromaquia. Algunos "descubridores" tardíos son un peligro. Personajes cono Hemingway, aparentemente positivos para la fiesta, han inventado mas de lo debido y opinado sobre hechos que desconocen y fabulan a su antojo. Cuando leo sobre el famoso verano sangriento, me molesta que se le adjudique la idea a "Don Ernesto". Solo fue un testigo privilegiado por su amistad con Ordóñez. Lo contó fuera de nuestras fronteras y su innegable calidad literaria, creó una historia épica que no fue tanto. Las cornadas, que siempre están presentes cuando se enreda con Toros, aparecieron y se contaron mas veces de lo habitual...
La verdad de todo esto está en los sentimientos que crea y el hecho de que mueran Toreros en el ruedo, lo hace respetable.
Las supersticiones que rodean el toreo son razonables (y hasta creibles).
Creo que me he enrollado mas de la cuenta...
Saludos.
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