Caritas de azucena
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Maurice Tillet
*Ignacio Ruiz Quintano*
*Abc*
Algo hemos sacado en limpio de la riada, y es por qué los que mandan nos
llaman fascistas a todas horas...
Hace 4 horas
Sin pretensiones, salvo compartir con quienes coincidan en mis gustos taurinos, los muchos buenos ratos que me paso leyendo cosas de Toros. (fabad)
5 comentarios:
Me encanta leer artículos antiguos. Aparte de que puedas estar de acuerdo con lo escrito, o no, casi todos los críticos utilizan un lenguaje tan simple como bello. Al pan, pan y al agua, agua. Ahora lees a cualquier crítico y te da la sensación de estar leyendo a un escritor frustrado que se ha refugiado en la opinión taurina para satisfacer sus egos. No saben que adjetivo van a inventar o cual van a rebuscar para que quede más estética la parrafada.
Lo que dice en este escrito Francisco Cossío podría valer para estos periodistas, pero no para él: se recrean demasiado en el color y poco en las formas.
Saludos
En la respuesta anterior quería decir al pan, pan y al vino, vino. ¡En que estaría pensando yo con lo del agua!
Saludos
Una de mis ocupaciones "habituales" es la docencia y en ella me he podido dar cuenta de que cada vez los jóvenes dominan menos el idioma.
Por eso hoy nos maravillamos de la explícita sencillez de los textos de ayer. El que escribía, conocía la lengua y eso hacía inteligible lo que expresaba.
Hoy, como los "escribas" no conocen más que lo más rudimentario del lenguaje, tienen que "inventar" términos "para hacerse entender" y llegará el día, que escriban como lo hacen los chicos con los mensajes de los teléfonos móviles y eso es una pena.
Nuestra lengua es algo que debemos defender, así como esta fiesta.
Saludos desde Aguascalientes, México.
También en eso estamos de acuerdo.
Sobre el torero como manifestación del arte en sí mismo. Como obra acabada, con su gesto y estilo ( ya perdidos para bien y para mal) decía Francisco de Cossío Martínez-Fortún:
"Los toros no apasionan tanto , porque los toreros no son populares, no son toreros en la calle; yo recuerdo en Valladolid a Machaquito, limpiándose las botas en un café, y doscientas personas agolpándose en la ventana, mirándole".
(Lo cuenta Díaz-Cañabate en Historia de una tertulia, una obra breve, escrita aparentemente a la buena de Dios, pero de una enorme riqueza).
Además yo también comparto lo que ustedes dicen en sus comentarios.
Saludos.
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