Llegan las figuras… y sus consecuencias.
Granada. Tres cuartos de entrada. Tarde agradable en la sombra (incluso algo fresca, será la falta de costumbre).
6 Toros de Torreherberos (2º y 3º) y Torrehandilla (1º, 4, 5º y 6º). Comparten propietario, finca, procedencia (Jandilla-Teófilo Segura), e incluso nivel de descastamiento y mansedumbre. Muy desigual la corrida, casi 100 kgs. de diferencia (475-564).
Muchas orejas, ocho, y demasiados señores a hombros (¡hasta el ganadero y el mayoral!). Al ver esto, al final de la corrida, se han presentado voluntarios para subirnos a hombros respectivamente a la salida de los toros, una tarde uno, otra tarde otro.
El primero, un zambombo, negro mulato, que topa arriba. Un tontorrón que se deja pegar en el caballo (aunque derriba, ya se sabe que los gitanos no quieren a sus hijos con buenos principios). Cambian segundo tercio con sólo 3 palos. Muere de un bajonazo tapándole la cara.
El segundo, no llega a los 500 kilos (491 en la tablilla), aunque quizás con más trapío que otros con más peso (“trapío no es sólo romana”). Castaño albardado, ceporrete, con morrillo y remate por detrás. Escarba, pero quiere sitio (se lo dan). Repetidor, un carretoncillo (¿la bravura?, a quién le importa eso). Julipié casi arriba perpendicular y traserillo.
Tercero, negro listón, rematado por detrás. 484 kgs. (“trapío no es romana”). Escarba y se para de salida, sin fuerza ninguna, un inválido (“Florencio dimite”, voz de un señor mayor, que obviamente conoce el nombre del Usía, en el tendido alto del 5-6). Muy mal estilo en el caballo, con un único pitón, dejándose pegar. Se repone algo al principio de faena de muleta; se para, cabecea, escarba y más reservón al final. Muere de bajonazo trasero.
Cuarto, negro, más corto, cornialto (nacimiento de los cuernos) y cornillano (dirección de los pitones). Un marmolillo en segundo tercio (cambian con dos pares, ¿para qué tres, si al fin y al cabo el público ya no quema las iglesias como antes?). Toro suelto, rajado, yéndose… un ganadero antiguo hubiese matado a toda la reata, ahora le cortan las dos orejas (y si es necesario, para que no lo pinche el matador, pues se indulta). Estocada entera caída y perpendicular, en la suerte contraria. Un recado presidencial y tarda en doblar al eludir el descabello el matador.
Quinto Toro, negro ensillado. En la vara que le araña, la sangre justa para un análisis. Suelto, abanto, manso, cayéndose en los estatuarios de salida (¿será por todo esto la vuelta al ruedo del toro, o es que con tantos equipos presidenciales juegan a ver quién hace más el ridículo…?). Estocada entera caída y trasera, suerte contraria.
Sexto. Jabonero, el de más peso (564 kgs. Trapío no son kilos). Alto, largo, hondo y badanudo. Repetidor, bonancible, le falta celo y codicia, sin querer coger y sin malas intenciones. Pinchazo y media estocada trasera y tendida, ambos en la suerte natural.
Matadores: Enrique Ponce, El Juli, y El Fandi.
En su primero, verónicas dejándose incluso la pata adelante, dando distancia en el último tercio (en algunas tandas, ahoga). La muleta algo más planchada, y la pata menos escondida que la costumbre de cada tarde. La faena va a menos (más pico y adornos, desarme incluido, conforme avanza la lidia). En su segundo, toreo moderno en toda su amplitud: perfilero, la pata retrasada, citando al hilo con el pico, hacia fuera, sin ajuste… UNA PRENDA. Dos julipies* efectivos.
* Julipie: Forma de matar poco ortodoxa aunque efectiva, característica de este torero precoz, consistente en tapar la cara con la muleta en lugar de echarla abajo, tirarse encima y matar a capón, sin marcar los tiempos.
Muy lejanos los pases de capa en su primero, mejores algunas verónicas a su segundo. Muy bullicioso con las banderillas (al último le puso dos pares casi en la cara).
Don Sereno. -¿Qué sabrá Vd. qué es el empaque?.
Don Marcial. –¿Y eso qué es, eso de girar el cuerpo conforme el Toro pasa, de modo que la barriga se pegue al lomo cuando los pitones están ya cerca de la antigua plaza del Triunfo?.
Don Sereno. –No hombre, que eso es acompañar la embestida con el cuerpo.Don Marcial. –Pues que la acompañe menos, y que toree con más verdad, más de frente, mejor colocado y más quieto.
Don Sereno. –Si hombre, con la cantidad de olivos que tiene, e incluso con familia. Además, a la gente le gusta.
Don Marcial. –Pues eso digo yo, si a tanta gente le gusta… será como las moscas, que no habrán probado otra cosa.
3 comentarios:
ES INCOMPRENSIBLE QUE A ALGUIEN LE GUSTE LOS TOROS. POBRES ANIMALITOS. OJALÁ NO EXISTIERAN LOS TOREROS.
ME DA ASCO ESTE BLOG.
Pues no entres a curiosear. Hay una entrada de fútbol...¡Y no grites!.
En:
http://larazonincorporea.blogspot.com/2011/06/la-suerte-de-matar-i-del-guerripie-al.html
Hay un magnífico artículo sobre la suerte de matar, que aconsejo estudiar.
Además cita la definición del julipié dada por el acuñador y creador del término: Joaquín Monfil
"Dice el citado autor sobre esta estocada, a la que considera suerte de alivio:
“El Julipié consiste en citar al toro para matarle a volapié enfrontilado a él, entre los dos pitones del mismo, igual a como se hace normalmente pero, en el momento de hacer la suerte, se le echa la muleta a la cara, para tapársela y dejarle ciego por un instante, en vez de al hocico para que humille y descubra el hoyo de las agujas.
Al mismo tiempo que le tapa la cara se echa fuera del pitón derecho a toda velocidad, de tal forma que se traspasa rápidamente la altura de la punta de dicho pitón y una vez tras la pala se gira el cuerpo hacia el toro, se da un saltito y se busca la cruz con la punta de la espada, empujando con todo el cuerpo tras ella. Muchas veces se pierde la muleta, pues al saltar y clavar se omite su visión al derrotar el toro en ella”"".
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