jueves, 24 de septiembre de 2009

TOREROS en el Ateneo




Yo los echo de menos. Esplá , en parte
suple esas carencias, pero... a mi me
gustaría menos "papel cuché" y mas
literatos o intelectuales, cercanos a los
toreros.
En 1950 así era.

6 comentarios:

Retablo de la Vida Antigua dijo...

Menos conocido que su hermano Agustín, Jaime de Foxá escribía muy bien y era un hombre de gran cortesía y excelente trato. Lo digo porque me consta de muy buena fuente. Venía mucho a Jaén y a Andújar, a Sierra Morena, pues, como es sabido, era un apasionado del campo y de la caza. Respecto a Domingo Ortega: lo que se cita en el artículo debe de ser la conferencia que después se publicó en Revista de Occidente.Es cierto que está muy bien escrita.
Respecto a Cañabate: su libro Historia de una tertulia me parece ideal para una tarde cerrada de aguas, con brasero y mucha calma. HIstoria de una taberna me gustó también pero es un poco desordenado y permite una lectura menos fluida (por ponerle algún inconveniente)

Este blog es un hallazgo afortunado para los que nos gustan los toros y leer lo antiguo.

Recibe un saludo.

fabad dijo...

No hace falta que diga lo mucho que yo saboreo las lecturas antiguas. Solo temo pecar de "abuelo cebolleta" rebuscando historietas. La caricatura de Cañabate no me lo recuerda.
Por cierto, al hilo del comentario sobre la actividad empresarial de Alfredo Corrochano en Tánger, (por cierto vivió sus últimos años en Granada con su hija y no le hiciero ni caso) también hizo sus pinitos como apoderado de Vicente Fernández "El Caracol" gitano de Almoradí que trabajaba en el campo de Toledo con los Corrochano.
D.Gregorio, al sber de su deseo de ser torero, le dió a leer "¿Que es torear?. Introducción a las tauromaquias de Joselito y de Domingo Ortega".
El bueno de Vicente no sabía leer.
D.Gregorio se lo leía por las noches. ¡que lujo!.
Con razón toreaba El Caracol como lo hacía. Para mi, puede que el mejor que yo haya visto con el capote. Que pena que no cuajara. Las cornadas, la suerte, el toreo... (Y Conde hartándose de bailar por todas las plazas).
Un saludo y un placer que entres y al parecer lo pases bien.

Xavier González Fisher dijo...

Es que, no se puede tratar de hacer algo, sin entender su esencia y sin conocer su historia.

Penosamente, la mayoría de la "taurinidad andante" de estas calendas se ha despojado de todo aquello que considera superfluo y entre ello, está aquello que el otro Ortega, don José, llamaría "los entresijos de las cosas que debemos de tener en las manos para entenderlas".

Pareciera que la superficialidad es la norma en estos tiempos que corren y que así como se decía antes que "el saber no ocupa lugar", igual es decir "el saber no tiene importancia", total, como nadie entiende "ná de ná", se pasa desapercibido entre la masa.

Con alguna razón Eugenio Noel despotricaba en contra de esto. No digo que haya sido clarividente, pero al final, el ambiente del taurineo, se volvió en mucho de la manera en que él lo pintaba.

Domingo Ortega, Gerardo Diego, Antonio Díaz Cañabate, Gregorio Corrochano, ¡casi ná!... Y pensar que hoy solo nos queda el placer de leerles... ¡Quién pudiera escucharles, preguntarles, sentarse, aunque fuera sólo una vez a su lado, en una tarde de toros!

Retablo de la Vida Antigua dijo...

Creo que para entender la relación entre los toreros y los intelectuales hay cuatro figuras fundamentales. Por parte de los intelectuales Ortega. Entre los toreros creo que todo se fundamenta en Juan Belmonte, Ignacio Sánchez Mejías y Domingo Ortega.Rompen además con la identificación del torero con cierto estilo castizo o aflamencado (del que habría mucho que hablar) Son muchos los testimonios que describen a Belmonte y a Domingo Ortega entregados a la lectura, con suténtica pasión. Sinceramente creo, además, que debieron contar con una inteligencia fuera de serie. Por otra parte, la gran aportación de Ortega y Gasset fue que rompió la tendencia antitaurómaca procedente del 98 y de la Institución Libre de Enseñanza. Por supuesto no se puede olvidar tampoco a José María de Cossío aunque no tenía la influencia (inmensa) de Ortega (el filósofo). Un cordial saludo.

Xavier González Fisher dijo...

En efecto, esas cuatro columnas son las que podríamos decir que sostienen el edificio de la cultura en torno a la cultura en torno de la fiesta de los toros.

Y por supuesto Cossío es como el "Justiniano" de todo esto, hace el "Digesto" cultural de la fiesta en una imponente enciclopedia, ahora vulgarizada en buena medida, tal como le pasó al Derecho Romano cuando cayó en manos de los pueblos llamados "bárbaros".

De lo que no debiera quedar duda, es que esto no termina en las plazas, que hay mucho más allá de ellas y que es dónde está el medio de su defensa, hoy que es motivo de ataque y vilipendio, pero por la "notoria ignorancia de quienes conducen sus destinos", poco o nada se indaga en ese sentido.

Saludos desde Aguascalientes, México.

fabad dijo...

Sois un lujo.