lunes, 30 de mayo de 2011

La Virgen de los Toreros


La Macarena, la Virgen a la que tanta Fe, profesan los Toreros. El Museo de la Iglesia es un continuo homenaje de los Toreros que le regalan ternos para que le hagan mantos.
Durante la guerra Civil española estuvo escondida en la tumba de Joselito, sin que nadie salvo el sacristán e Ignacio Sánchez Mejías, conociera su paradero.
A ver si le echa una mano al Maestro Ortega Cano...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mis mejores deseos de recuperación para José Ortega Cano.

El blog "EL ESCALAFÓN DEL AFICIONADO", titula su post "La voz de su Amo" con la ironía genial de Juan Medina.

Este sería mi comentario, que por no poderlo hacer en su blog, con mucho gusto lo cuelgo en este, con el permiso de FABAD. Gracias.

Dice así: ¿Y cuantas voces como la de Monchito se escucha de presuntos aficionados?.

Yo pienso que para tener voz, no es necesario que sea de su amo, lo importante es que sea propia y no copiada, pero para eso es necesario ser AFICIONADO y no polichinela como Monchito.

Cordiales saludos

Clavelitos

fabad dijo...

Te lo paso a Juan Medina.

Esther María Barriuso Algar (ishtar_9) dijo...

Voy a hacerte una rectificación. Bueno, dos.
En primer lugar los ternos que le han regalado varios toreros a la Esperanza Macarena no se han empleado para hacer mantos, aunque sí varias sayas. Existen en el Museo de la Macarena actualmente 7 ternos de toreros (entre otros, de Palomo Linares y de Manolete) y tres sayas con bordados de trajes de torear, una de ellos de Joselito el Gallo.
Por otra parte y hablando de José Gómez Ortega la Virgen de la Esperanza Macarena NUNCA estuvo ocultada en su Mauseleo del cementerio durante la Guerra Civil. Eso fue una fábula inventada en la época, tal vez para desviar la atención de donde estuvo ocultada en verdad, que fue en un piso de la calle Orfila.

fabad dijo...

Te agradezco de corazón las rectificaciones. Durante mi infancia y juventud, por mi afición mas que por religiosidad, siempre tuve una imagen de la Macarena en mi dormitorio y cada noche entraba en mis reflexiones,(la conservo entre mis papeles taurinos, que me perdone). Ya de mayor pude ir a la Iglesia y al museo. Mis imprecisiones se deben a mi incultura y lo del escondite lo he leido y lo he puesto pero sin poder defender lo leido.
Bendita sea la calle Orfila, por la que pasearé en mi próxima visita a Sevilla, donde mis dos nietos sevillanos me llevan con frecuencia.

Esther María Barriuso Algar (ishtar_9) dijo...

Y yo agradecerte que en un espacio de tu blog tenga cabida Aquella que está en San Gil. Un saludo afectuoso.