¡Solo uno en hombros! (fabad). Lo importante es la crónica de Frascuelo.
Granada. Pongamos que media plaza. Menos calor, al menos, tarde mucho menos soporífera.
A Padilla también lo hemos colocado.
El 3º. Robleño estuvo valiente.
Padilla no quiso saber nada con el cuarto.
Quinto. Toro negro entrepelado, acapachado, largo, hondo, con badana, lomo más recto y más rematado por detrás. Claramente ibarreño. 553 kgs. Cinqueño. Tardan mucho en sacarlo del chiquero. Aprieta con fijeza en un único puyazo trasero. Aunque tardan en bajarle la mano, trae un cortijo en el pitón izquierdo, mete la cara de escándalo y embiste a cámara lenta. Se queda más corto al final de la faena, pegándole un revolcón al torero. Muere de una estocada entera muy caída.
6 Toros de Victorino Martín. Presentación en el tipo de la casa, con la lógica preponderancia de la procedencia Saltillo en cinco Toros, en las hechuras y en el juego: pitones hacia arriba, veletos, incluso alguno cornipaso, degollados. Quinto con clara influencia Ibarreña. Corrida pareja, entre 508 y 548 kgs. Casi todos aplaudidos de salida. De juego, baste mencionar que casi todos los Toros son aplaudidos en el arrastre, y ni los toreros ni el público se aburrió. Juego variado, interesante, encastado y con el peligro del Toro bravo; nada que ver con la tonta del bote habitual. Estos Toros no echan a la gente de las plazas. Se notan los cinco años (todos cinqueños), desarrollan sentido mostrando que la lidia de un Toro bravo debe ser más breve (cuando se alarga, algo es mentira).
Toros:
Primero. Toro cárdeno, bajo, playero, 548 kgs. Cinqueño. Aplaudido de salida. Derrota (se lleva en el pitón una astilla, parece que ésta es del burladero). Muy suelto, pierde las manos en el saludo. Aunque es tardo para acudir al caballo, mete los riñones y aprieta con fijeza a media altura. Sale del caballo arrastrando el hocico por el suelo. Segundo puyazo en la base del morrillo, “rectificando” el caballista hacia atrás (al parecer, “acertó” por error). Aprieta con un pitón. Sale más parado y reservón, espera en banderillas. Muy complicado por el pitón izquierdo, bastante menos por el derecho, aunque como es habitual en la casa se revuelve muy pronto. Cuando es arrastrado nos quedamos con la sensación de que no hemos podido verlo del todo. Muere de un metisaca, 4 pinchazos (suerte natural y contraria indistintamente) y un descabello.
Segundo. Toro cárdeno, bajo, largo, algo montado, vareado, muy veleto y asaltillado, las puntas hacia arriba. El más serio y ofensivo. 516 kgs. Cinqueño. De salida embiste con todo, hasta con el rabo, con codicia, quiere comerse los engaños. En el caballo, aprieta con la cara alta en el primer puyazo (trasero), bajando más la cara en el segundo (también trasero). Sale andando. Aunque también se nos quedan muchas cosas por ver de este Toro, tiene importancia estar en la cara. En la parte final de la faena, se va quedando más corto en los muletazos sueltos, sobre todo por el pitón izquierdo, aunque quizás sea el Toro más interesante de la tarde. Muere de dos pinchazos y un bajonazo en la suerte natural.
La vara al 2º.
Tercero. Toro cárdeno claro, ensillado, cornicorto, abierto de pitones y cornipaso. 508 kgs. Cinqueño. Aprieta con fijeza a media altura y cabecea en el caballo. Suelto en la (desordenada) lidia, pegajoso en los capotes, no se deja banderillear con facilidad. Le dan sitio en la faena de muleta, aunque busca desde el segundo muletazo. Listo, con sentido, complicado y con peligro, sabe lo que se deja. Muere de un pinchazo y un estoconazo muy ligeramente desprendido.
El 3º. Robleño estuvo valiente.
Cuarto. Toro cárdeno, cornicorto, asaltillado, más anovillado. 546 kgs. Cinqueño. Busca al caballo nada más salir éste por la puerta y derriba, muy suelto, mansea en los 6 encuentros con los caballos, con complicaciones, cuesta picarlo en una lidia desastrosa. Muy por encima del torero en el tercio de banderillas y en el de muleta. Desarrolla genio en el último tercio, es un manso encastado al que no le pueden. Muere de un pinchazo y un golletazo en la suerte natural en la puerta de chiqueros.
Padilla no quiso saber nada con el cuarto.
Quinto. Toro negro entrepelado, acapachado, largo, hondo, con badana, lomo más recto y más rematado por detrás. Claramente ibarreño. 553 kgs. Cinqueño. Tardan mucho en sacarlo del chiquero. Aprieta con fijeza en un único puyazo trasero. Aunque tardan en bajarle la mano, trae un cortijo en el pitón izquierdo, mete la cara de escándalo y embiste a cámara lenta. Se queda más corto al final de la faena, pegándole un revolcón al torero. Muere de una estocada entera muy caída.
El 5º. Fuera del tipo de la casa.
Sexto. Toro cárdeno, ensillado, abierto de pitones, playero. 539 kgs. Cinqueño. Algo escobillado del pitón izquierdo, antes incluso del derrote. Aprieta con un pitón en el caballo, con la cara alta, aunque con fijeza. Reservón en el segundo tercio. Serio, con peligro e interés en el último tercio, emocionante sobre todo cuando se le somete y se le baja la mano por el pitón izquierdo. Parado y con peligro por el pitón derecho. Al final de la faena va desarrollando más sentido y peligro, sacándole los muletazos uno a uno, metido el torero entre los pitones (hay arrimones, y arrimones de verdad, emoción y peligro). Muere de dos pinchazos y estocada entera desprendida en la suerte natural, bien ejecutada la suerte.
Saavedra toreó con el caballo.
Matadores:
Juan José Padilla.
En su primero, aunque nos queda mucho por descubrir, intenta justificarse. Desbordado por el manso encastado que hace cuarto, llega a encararse con el público cuando se le reprocha la pésima lidia y el tercio de banderillas. Pitos cuando abandona la plaza. Mala ejecución de la suerte suprema en los dos.
Antonio Ferrera
Aunque parece que nos quedan cosas por ver del primero cuando es arrastrado, al que no ha sometido ni bajado la mano, muestra su disposición en el quinto y le puede, aunque no saca todo lo que éste traía. Expone mucho en algún par de banderillas, pero no mata bien a ninguno. Una oreja del quinto.
Fernando Robleño
Merecida salida a hombros tras cortar una oreja (de verdad) a cada Toro. Lote complicado. El más dispuesto, y el que más expone en ambas faenas. Se mete y se pelea con sus dos Toros, los cuales desarrollan sentido y peligro ambos. La lidia en sentido literal (batalla, lucha, pelea…). Mete en el canasto a su primero, mostrándolo con un desplante de verdad, de ley. Faena emotiva también al último, al que termina arrancando los muletazos uno a uno. Aunque pincha a sus dos Toros, ejecuta bien la suerte suprema, dando el toque abajo
Bien la cuadrilla de Robleño en el sexto. Termina la feria con una corrida de Toros.
Frascuelo de Churriana
Sexto. Toro cárdeno, ensillado, abierto de pitones, playero. 539 kgs. Cinqueño. Algo escobillado del pitón izquierdo, antes incluso del derrote. Aprieta con un pitón en el caballo, con la cara alta, aunque con fijeza. Reservón en el segundo tercio. Serio, con peligro e interés en el último tercio, emocionante sobre todo cuando se le somete y se le baja la mano por el pitón izquierdo. Parado y con peligro por el pitón derecho. Al final de la faena va desarrollando más sentido y peligro, sacándole los muletazos uno a uno, metido el torero entre los pitones (hay arrimones, y arrimones de verdad, emoción y peligro). Muere de dos pinchazos y estocada entera desprendida en la suerte natural, bien ejecutada la suerte.
Saavedra toreó con el caballo.
Matadores:
Juan José Padilla.
En su primero, aunque nos queda mucho por descubrir, intenta justificarse. Desbordado por el manso encastado que hace cuarto, llega a encararse con el público cuando se le reprocha la pésima lidia y el tercio de banderillas. Pitos cuando abandona la plaza. Mala ejecución de la suerte suprema en los dos.
Antonio Ferrera
Aunque parece que nos quedan cosas por ver del primero cuando es arrastrado, al que no ha sometido ni bajado la mano, muestra su disposición en el quinto y le puede, aunque no saca todo lo que éste traía. Expone mucho en algún par de banderillas, pero no mata bien a ninguno. Una oreja del quinto.
Fernando Robleño
Merecida salida a hombros tras cortar una oreja (de verdad) a cada Toro. Lote complicado. El más dispuesto, y el que más expone en ambas faenas. Se mete y se pelea con sus dos Toros, los cuales desarrollan sentido y peligro ambos. La lidia en sentido literal (batalla, lucha, pelea…). Mete en el canasto a su primero, mostrándolo con un desplante de verdad, de ley. Faena emotiva también al último, al que termina arrancando los muletazos uno a uno. Aunque pincha a sus dos Toros, ejecuta bien la suerte suprema, dando el toque abajo
Bien la cuadrilla de Robleño en el sexto. Termina la feria con una corrida de Toros.
Frascuelo de Churriana
3 comentarios:
Hacía mucho que no se veía una corrida de TOROS en Granada. ¡Que buenos primos somos!.
Sin ningún género de dudas. Y uno saca su cámara y se había dejado la batería cargando en casa. ¿Tendremos que esperar otros 22 años?.
Eso pasa en las mejores familias.
Dice cañas que viene a cuidar el Toro de Granada...
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