En 1958 tomaba la alternativa en Barcelona, Juan Jiménez "El Trianero". La tomó con fuerza, en Barcelona de mano de Antonio Ordóñez. Era el mandón de los novilleros. Confirmó en Madrid en San Isidro de nuevo de manos de Ordóñez, pero su carrera de matador se diluyó pronto y no respondió a las expectativas creadas. En la misma semana en que El Trianero tomaba la alternativa se presentaba en Barcelona otro sevillano que mandaba en el escalafón de novilleros, Antonio González, que tomó la alternativa de manos de Antonio Ordónez en Sevilla en 1959.
Tan prometedores principios no se vieron coronados. Pasa muchas veces en el toreo, pero me cuesta entenderlo.
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