martes, 5 de enero de 2010

Antonio Ordóñez. 1960


Quiero recordar que el año 1960 fue
una buena temporada del Maestro.
Yo opino, que después del invento de
Hemingway, sobre el verano de 1959
que resultó sangriento, Ordóñez se
relajó y se dedicó a impartir sabiduría.

2 comentarios:

Antonio Díaz dijo...

Que pena me da no poder haber disfrutado en tiempo presente del maestro Ordoñez. Era elegante y majestuoso en todos los ámbitos, dentro y fuera de la plaza. Lo que se dice un torero. Lo mismito que Padilla, vamos...

Por cierto, ¿a que se refería enigmáticamente al final del reportaje que causa tanto interés al periodista?

Saludos

fabad dijo...

Era un gran torero con mucho genio y soberbia pero para quedrar bien siempre. No recuerdo ahora mismo a que se refería. Lo que si queda claro es que quería salirse de los dominguines... y estaba dispuesto a hacer valer sus méritos.