miércoles, 28 de abril de 2010

El pase de pecho de A. Ordóñez





D. Antonio, publicó en "El Ruedo" en 1963 una serie de artículos, titulados "La tauromaquia de Antonio Ordóñez" (después escribió un libro sobre el rondeño en la colección "La Tauromaquia" de Espasa Calpe). Habla el autor del carácter de preparado del pase de pecho de Ordóñez, frente al clásico forzado. Es su teoría y a los autores hay que respetarlos aunque se disienta.

5 comentarios:

aurelio dijo...

OOOOOOLE!!!

Ha habido un momento de la lectura del artículo que me ha salido un ole.

Aquí compara 2 épocas bien distintas la de Belmonte con TOROS, y la de Ordoñez con toros.

Si comparamos la de Ordoñez con la actual vamos a ver lo que se ha perdido y lo que se ha ganado si se ha ganado algo.
En un momento de la lectura dice el autor que Ordoñez ejerce la norma clásica de adelantar la pierna siempre del pitón por el que se está toreando.

¡ quién hace eso hoy! ni dios.
Hoy se retrasa la pierna del pitón por el que se esta toreando sistemáticamente para ligar el muletazo dejando la muleta en los ojos del toro perdiendose asi, el cite y embarque del toro , el mando en el muletazo y el remate ya que al pasarse el toro tan lejos es díficil rematarlo atrás.

Y en cuanto toros en la época de Ordoñez y la actual se ha ganado en Trapio y se ha perdido en todo lo demá ( casta ,poder y bravura)

Y en cuanto al toreo se ha perdido todo; Qué toreros actuales o novilleros leeran tauromaquia ? ni dios.
Hoy es muy común por ejemplo en el juli , que a la hora de rematar la tanda en vez de hacer un obligado de pecho, se da la vuelta ( martinete creo que lo llaman) y le da un telonazo en linea recta ( el toro no tiene nada delante de sus ojos) pero para más inri sin ningún mando ,al haber dado la vuelta el torero y sacarse al toro por el otro piton

fabad dijo...

Creo que estamos de acuerdo.

Antonio Díaz dijo...

Al hilo de lo que dice Aurelio sobre los toreros o novilleros que leen hoy tauromaquia. El otro día coincidí con un novillero que ha hecho sus cositas, ha toreado en Granada en el Corpus y que lleva ya años en esto. Fue terrible comprobar la falta de afición y la falta de conocimientos sobre cosas que cualquier aficionado medio sabe. Ni los terrenos, pegadísimo en cuanto a encastes y ganaderías, te dice lo mismo que le gustaría ser como el Fundi o Manzanares ¡!, nada de nada. Estos son de los que se creen que entrando un par de veces a la semana en Mundotoro o Burladero y yendo invitados a tentar de vez en cuando ya son toreros. Que decepción, y así muchos. Y supongo que del escalafón superior también.


Cuando veo a alguién así siempre pienso lo mismo: Dios le da pan (valor) al que no tiene dientes (afición).



Saludos

Oselito dijo...

A mi me sorprendió leer esto a D. Joaquín Vidal refiriéndose a Ordóñez en una crónica de El País de junio de 1981:
"Los antiguos tratados tenían por ociosa la aclaración (por eso no la incluían), porque absolutamente todo el toreo se basa en la técnica de cargar la suerte, ya que, en otro caso, ¿cómo parar, templar y mandar? Este es el reparo serio a la faena de Antoñete: que dejaba la pierna contraria atrás en la ejecución del toreo al natural y en redondo. Y no se hace la observación por dogmatismo, que nos repele, sino por lógica. Pues cuando el toreo se realiza con la suerte descargada (una moda que impuso Ordóñez por cierto), además de producirse una inquietante contradicción entre pureza y estética, hay dudas sobre la categoría del dominio que se ejerce sobre el toro. (...)”.
Saludos.

fabad dijo...

Me parece muy fuerte la afirmación. Nunca he creido que se deba a Antonio Ordóñez el destoreo, que a mi juicio, instauró El Niño de la Capea. Cierto es que el toreo de perfil, fue enseñando el camino a "esconder y retrasar" la pierna de salida, pero Ordóñez y Antoñete creo que no llegaron a ello. (Si torearon de perfil y en el archivo que puse lo justifica el cronista)
Mi respeto por Vidal hace que sea muy moderado en mi comentario, pero lamento disentir. (Lo que tampoco impide afirmar que Ordóñez y Antoñete también se aliviaban en ocasiones).