La Sociedad cambia y el toreo, en algún sentido, tiene que adaptarse a los tiempos. En 1971 los toreros entraron en la Seguridad Social. El Régimen especial de los toreros los acogió para concederles prestaciones como a todos los trabajadores españoles. Después pasaron al Régimen General. Se perdió algo de romanticismo (del que sobra en la Tauromaquia), pero en el que los modestos del Toro, la inmensa mayoría, ganaron. Lamentablemente los toreros cómicos (todo mi respeto para ellos) se quedaron fuera. Tuvieron el apoyo de los banderilleros, pero no se si al final lo consiguieron.
Hubo muchos toreros, matadores, novilleros, toreros de plata, que quedaron incapacitados para ejercer su profesión y que quedaron desamparados. Al menos esto lo resolvió la Seguridad Social.
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