En la sesión de ayer, 17 de Marzo de 2010 se trató el tema previsto: "Tauromaquia y ecología". El Profesor Dr. D. Eduardo Pérez Rodríguez, (Vicepresidente de Aula Taurina de Granada) hizo una presentación del conferenciante, Profesor Dr. D. Ángel Martín Vicente, en la que aparte sus numerosos méritos científicos resaltó su afición a los Toros y que en el hablar “se le entiende todo en román paladino” (así se comprobó después).
Destaco algunas cuestiones de las que trató. (No es textual)
“El concepto de dehesa ha sido muy cambiante a lo largo del tiempo. Comienza como sinónimo de coto de caza, de pesca, que incluso puede no tener ni un árbol, y termina en paisaje ganadero con encinas (ganadería extensiva). Este último es muy reciente y puede datarse a mediados del siglo XX.
El vacuno bravo siempre se ha criado en las vegas de los grandes ríos, y es en los últimos tiempos cuando se está viendo desplazado por las desecaciones, y por los cultivos agrícolas, hacia las dehesas. Por tanto difícilmente puede ser el responsable de la conservación de estos ecosistemas.
Tras realizar un análisis de las cuentas de explotación de una dehesa: su precio de adquisición y beneficios obtenidos de sus diversos aprovechamientos, se llega a la conclusión de que ni dedicándose al Toro de lidia, con el sobreprecio que tiene este producto, es rentable su explotación.
La existencia de la dehesa está íntimamente ligada a la ganadería extensiva, que podía ser perfectamente de cabras, pero poseer cabras no otorga ningún prestigio social, el ganado bovino siempre ha sido un indicador de relevancia social, y el de bravo más.
Todo el sistema pervive gracias al gusto por fardar, y por afición, bendita afición.
Todo animal tiene derecho a comportarse según le dicte su condición genética (Jesús Mosterín), y lo mismo que las gallinas ponedoras tienen derecho a aletear libremente con sus alas, pues ello está en su condición genética, el Toro tiene derecho a embestir, y hay que hacerle posible el ejercicio su condición genética.
Se han seleccionado aires naturales, como es la embestida con la cabeza baja y la capacidad de disimular el dolor.
Criticó el comportamiento de los ganaderos que usan el toródromo para que sus Toros, muy valiosos, no se lesionen andando por el campo que puede tener zarzas.
Entiende el Dr. Martín Vicente que disminuye el número de aficionados, aunque siga habiendo público, hasta el punto de querer una Fiesta muy diferente a la que nosotros defendemos." Terminó con un coloquio de gran interés y manifestó su temor:
Destaco algunas cuestiones de las que trató. (No es textual)
“El concepto de dehesa ha sido muy cambiante a lo largo del tiempo. Comienza como sinónimo de coto de caza, de pesca, que incluso puede no tener ni un árbol, y termina en paisaje ganadero con encinas (ganadería extensiva). Este último es muy reciente y puede datarse a mediados del siglo XX.
El vacuno bravo siempre se ha criado en las vegas de los grandes ríos, y es en los últimos tiempos cuando se está viendo desplazado por las desecaciones, y por los cultivos agrícolas, hacia las dehesas. Por tanto difícilmente puede ser el responsable de la conservación de estos ecosistemas.
Tras realizar un análisis de las cuentas de explotación de una dehesa: su precio de adquisición y beneficios obtenidos de sus diversos aprovechamientos, se llega a la conclusión de que ni dedicándose al Toro de lidia, con el sobreprecio que tiene este producto, es rentable su explotación.
La existencia de la dehesa está íntimamente ligada a la ganadería extensiva, que podía ser perfectamente de cabras, pero poseer cabras no otorga ningún prestigio social, el ganado bovino siempre ha sido un indicador de relevancia social, y el de bravo más.
Todo el sistema pervive gracias al gusto por fardar, y por afición, bendita afición.
Todo animal tiene derecho a comportarse según le dicte su condición genética (Jesús Mosterín), y lo mismo que las gallinas ponedoras tienen derecho a aletear libremente con sus alas, pues ello está en su condición genética, el Toro tiene derecho a embestir, y hay que hacerle posible el ejercicio su condición genética.
Se han seleccionado aires naturales, como es la embestida con la cabeza baja y la capacidad de disimular el dolor.
Criticó el comportamiento de los ganaderos que usan el toródromo para que sus Toros, muy valiosos, no se lesionen andando por el campo que puede tener zarzas.
Entiende el Dr. Martín Vicente que disminuye el número de aficionados, aunque siga habiendo público, hasta el punto de querer una Fiesta muy diferente a la que nosotros defendemos." Terminó con un coloquio de gran interés y manifestó su temor:
2 comentarios:
Sí Señor! El curso no está defraudando a nadie por la calidad de los conferenciantes y cantidad de temas que lo componen. Mi más sincera enhorabuena.
Este Domingo viajo a Sevilla y volveré el Martes, así que le rogaría que me guardaran los cuadernos del aula taurina que se están repartiendo al final de cada charla-coloquio y que son el complemento perfecto a las mismas.
Un fuerte Abrazo, su alumno del curso, Alfonso Luis.
P.d: me voy a quedar con las ganas de escuchar a Eduardo el Lunes, me acordaré de ustedes a los pies del Guadalquivir.
Pues si que lo puedes lamentar, pues la charla de Eduardo que yo se la he oido antes, es extraordinaria. No obstante disfruta Sevilla. Y gracias por tus palabras pues, aunque lo hacemos solo por afición a esto y sin esperar nada a cambio, es preferible un elogio a la indiferencia. Tendrás tu material.
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