sábado, 26 de junio de 2010

El Primer Toro de José y el último...



Estas fotos acompañan a un artículo de Luís Fernández Salcedo, publicado en 1962 en El Ruedo.
En él reflexionaba, que un día que no hubo Toros en San Isidro vio la mejor corrida del serial. Ese día hubo en casa del conde de Colombí una sesión de Toros en el celuloide (así tituló el artículo) en la que entre otras cosas reflexionaba sobre el tamaño del Toro. Si hay algún interesado en leerlo, pinchando se puede leer ...

5 comentarios:

Oselito dijo...

La casa de la finca La Marmoleja de José Rufino Moreno Santamaría era un auténtico museo de Joselito, había pinturas de toros lidiados por él, fotografías, carteles con las estadísticas de cada año, etc. La última vez que vi parte de ese material estaba colgado de una pared adornando una caseta de la feria de Sevilla. Lamentable.

fabad dijo...

Dios nos libre de pensar en lo que harán mis descendientes (llamarle herederos sería una pedantería) con mis libros, recortes, carteles, revistas... de Toros. Rocieros no son y devotos de la feria... lo justo. A unos les molesta menos que a otros pero mi "vocación de aficionado" no la ha asumido ninguno (afortunadamente para ellos).
De mi "biblioteca" de Matemáticas y Estadística, estoy haciendo donaciones, pero cuesta colocarlos.
A ver si los ponen adornando alguna caseta de Feria...

Retablo de la Vida Antigua dijo...

Fernández Salcedo escribía con la sencillez del que sabe de verdad. Tengo para este verano dos libros suyos con los que espero aprender y pasar horas felices.

Además dan que pensar estos toros antiguos. De hace casi cien años.

Saludos.

Xavier González Fisher dijo...

Amigos:

Ese parece ser el "triste fin" de las cosas de toros que uno tiene hoy en día. Mis hijos tampoco me salieron aficionados (más bien todo lo contrario), así que no tengo la menor idea de lo que pasará con mis cosas.

De los libros de Derecho, seguramente los querrán, pues los dos estudian para Abogados, pero "lo otro", a lo mejor acaba en un rastro o en una librería de viejo, si bien me va...

Y por lo de los toros. Si se observa, no eran ningunas "catedrales" y eso que, de acuerdo con las crónicas, "Bailaor" era cinqueño. Estaban ajustados al tipo de sus respectivos encastes y criados con lo que la naturaleza daba. Quizas por eso "funcionaban" entonces más toros que ahora.

Saludos.

fabad dijo...

No tengas mucha fe en que les interesen los libros de Derecho, los jóvenes de hoy estudian en Internet.
Respecto del tamaño del Toro creo que fue un error pensar que tenían que ser grandes. Cada Toro en su encaste. Si a Iniesta (uno de los mejores futbolistas de España), en tipo Santacoloma, lo pusieran en Miura lo echarían a perder. Ya se que no te gusta el futbol pero es lo que manda en estos días.