domingo, 13 de marzo de 2011

Antonio Carpio (otra vez)











Ya apareció por esta casa Antonio Carpio, maestro de escuela, que dada la precariedad de sueldos, habitual en el Magisterio español, se hizo torero para sacar a su familia de la penuria. No se si lo consiguió pero murió en el intento.
En julio publicamos unos escritos que encontramos, correspondientes a 1952, 53 y 54. Hemos localizados otras informaciones de otros años, 1945, 1968 y 1969 y una noticia de 2003 sobre un documental que preparó una sobrina del torero para publicarlo en Canal 9.
Antonio Carpio nació en Catarroja el 11 de Enero de 1895. Debutó sin caballos en Valencia en octubre de 1914. En Marzo de 1915 fue a Madrid. Volvió en Agosto de 1916, bastante toreado. La Empresa le ofreció la alternativa para la temporada siguiente. Le ofrecieron ir a una corrida mixta en Astorga, el 27 de Agosto de 1916. Tres toros de Rivas para Torquito y otros tres no menos pavorosos para Carpio. De sobresaliente, Habanero, que tuvo que intervenir por cogida de los dos matadores. Los amigos no querían que fuera, avisados de la dureza del ganado. Él dijo: ¡Hay que triunfar o morir, pero pronto!.
Por las mismas fechas en las que murió Antonio Carpio, también cayeron Andrés Gallego en La Coruña y Angelillo en Jaén. Ello provocó una campaña para cerrar las plazas en las que las instaciones quirúrgicas fueran tan inexistentes como en las plazas citadas.
Rosario Olmos y otros toreros valencianos consiguieron que Carpio descansara en Catarroja.
Si les apetece leer cosas que no son de la corrida de Valencia, aquí hay algo.

3 comentarios:

Xavier González Fisher dijo...

Retomo el comentario de la otra entrada Paco y agrego, que si bien el sistema educativo no estimuló a Antonio Carpio para hacer "huesos viejos" en la docencia, hoy quizás la Fiesta le señale ese sitio que le corresponde a todos los que vestidos de luces, dejan claro que la vida va en esto. Allí es donde está la grandeza de la fiesta.

fabad dijo...

A mi me parece que este torero tiene algo de ejemplarizante ante la sociedad. Es una lección de las que no dió en el Aula, pero hizo de la Tauromaquia una clase de señorío y amor la profesión.
por ello he querido contemplar la semblanza. Además siendo valenciano es un buen momento...

Unknown dijo...

Lo dicho, un orgullo ser de Catarroja. Por cierto, me ha emocionado volver a ver esa revolucionaria verónica de manos bajas y pierna adelantada. Cuando escribí el artículo recordando la figura Carpio en una revista que publicamos un grupo de amigos en Catarroja hace como diez años, la pude ver. Encontré a un familiar de Carpio que conservaba multitud de recuerdos y entre todos el que más me sorprendió fue esa verónica tan actual y ejecutada en plena revolución belmontina.

Muchas gracias Fabad y un saludo!